miércoles, 8 de abril de 2015

Pensamiento Social del Papa Francisco


Es importante reconocer en el pensamiento del Papa Francisco la dimensión social de su discurso y de sus ideas, especialmente en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, en las cual se hacen reflexiones sobre la dimensión social de la evangelización concentradas en dos secciones: la primera en el capítulo segundo, sobre “la crisis del compromiso comunitario”, el Papa hace, en su primera parte (50-75), un análisis de la situación social-cultural y eclesial actual; y en segundo lugar, en el capítulo cuarto, el cual, está dedicado a “la dimensión social de la evangelización” (176-257).
Por lo cual, es evidente el deseo del Papa por descubrir el camino de sus reflexiones leyendo y analizando la realidad social, teniendo presente el binomio fe y vida, contemplando lo social y la experiencia de la sociedad en concordancia con la experiencia espiritual de los individuos. Lo anterior, pone en evidencia, que no podemos realizarnos ni salvarnos solos. “Desde el corazón del Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana”. (E.G. 178)
Para el Papa la dimensión social y la promoción humana son algo esencial a la evangelización. La razón es que el bien que recibimos en el encuentro con Dios y con Cristo nos saca de nuestra auto-referencialidad y conciencia aislada y nos hace buscar el bien del otro. Con esto, se podrá encontrar en la misma exhortación apostólica, que el mismo Kerygma cristiano es básicamente social (E.G. 177)
Cabe resaltar, que el tema de los pobres, tal como el evangelio los presenta, como los preferidos o los privilegiados en la construcción del Reino, el Papa, también reconoce la necesidad de responderle al mundo con un compromiso ético a través de la misericordia hacia los más pobres. (E.G. 252).
Pero a un nivel aún más hondo habría que señalar el colocar a los pobres como centro de las preocupaciones y del discurso de la Iglesia. El Papa afirma explícitamente que los pobres son una auténtica categoría teológica (E.G. 198) y que ellos marcan la urgencia pastoral del Iglesia, afirmando y subrayando que esta categoría de los pobres en su visión de la fe, no puede ser oscurecida en su importancia por ninguna hermenéutica eclesial. (E.G. 194)
Sin embargo, es importante resaltar cómo entiende el Papa Francisco la opción por los pobres: no sólo en puro activismo, sino, éste consiste en una atención amante y una valoración personal a cada uno de ellos (E.G. 199), manteniendo preocupación por los individuos y recociéndolos como sujetos visibles e importantes dentro de la sociedad, y, por ello, también, en una atención especial a sus necesidades espirituales (E.G. 200)
Sin lugar a duda, la propuesta de Jesús no es sólo una relación personal con él sino que su propuesta consiste en el Reino de Dios, Reino que tiene implicaciones a nivel de la sociedad (E.G. 180), propuesta y misión que todos los cristianos en el seguimiento a la persona de Jesús estamos llamados a seguir.
Cabe resaltar, que el pensamiento social del Papa Francisco, está sustentando en la experiencia de reconocer una sociedad con constantes cambios especialmente en sus motivaciones y en sus prioridades. Más aún, afirma que este cambio de época se ha generado por los enormes saltos cualitativos, cuantitativos, acelerados y acumulativos que se dan en el desarrollo científico, en las innovaciones tecnológicas y en sus veloces aplicaciones en distintos campos de la naturaleza y de la vida. Estamos en la era del conocimiento y la información, fuente de nuevas formas de un poder muchas veces anónimo. (E.G. 52)
También, se coloca en evidencia el dinamismo de la sociedad en relación con la búsqueda insaciable de competir y ganar, en la oportunidad de demostrar la fuerza y el poder, en permanecer dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. (E.G. 54)
Más aún, se afirmará que los mecanismos de la economía actual promueven una exacerbación del consumo, pero resulta que el consumismo desenfrenado unido a la inequidad es doblemente dañino del tejido social. Así la inequidad genera tarde o temprano una violencia que las carreras armamentistas no resuelven ni resolverán jamás. (E.G. 60).
En esta necesaria experiencia social para la vida del cristiano, se propone que la respuesta de amor a Dios que se da en el prójimo, especialmente en quien más lo necesita, tampoco se debería entender como una mera suma de pequeños gestos personales dirigidos a algunos individuos necesitados, lo cual podría constituir en palabras del Papa, en una « caridad a la carta », en una serie de acciones tendentes sólo a tranquilizar la propia conciencia. (E.G. 180).
Por lo cual, la propuesta es el Reino de Dios se trata de amar a Dios que reina en el mundo (E.G. 180). En la medida en que Él logre reinar entre nosotros, la vida social será ámbito de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para todos. Entonces, tanto el anuncio como la experiencia cristiana tienden a provocar consecuencias sociales.
Por consiguiente, nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin influencia alguna en la vida social y nacional, (E.G. 183), por lo cual, la religión y la iglesia están llamados a influir significativamente en la experiencia social del mundo, en las relaciones que se establecen a partir de éste, manteniendo una preocupación constante por la salud de las instituciones de la sociedad civil, opinando y haciendo notar su posición evangélica en relación a los acontecimientos que afectan a los ciudadanos.
Sin lugar a dudas, es determinante la experiencia cristiana y kerigmática del anuncio del Reino de Dios en la lucha y el debate constante sobre la inclusión social de los pobres de los más necesitados, a la par con la experiencia de la paz y el diálogo social en todas las dimensiones y en cada uno de los ámbitos de la sociedad, haciendo visible la presencia de Dios, especialmente en los otros.


1 comentario:

  1. Excelente artículo, ya que no hay mucho material al respecto, y el pensamiento social del Papa Francisco es extenso, pues cada vez que habla nos da un lección de Doctrina Social de la Iglesia

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